En esta última entrega de la primera parte del camino que recorre el yute “Pāṭa patha, el camino del yute”, exploraremos de dónde sale esa fibra que tanto disfrutamos en nuestros pies, veremos una fábrica que sufrió las consecuencias del cambio en el mercado a partir de la aparición de sacos de “rafia sintética”.
Una invitación a mirar la belleza que nos rodea, a deteneros un instante y ser conscientes de lo que hay a vuestro alrededor. Como ocurre cuando nos ponemos unas alpargatas artesanales, sentimos nuestros pies y recordamos que están ahí y que es un placer andar confortablemente.
La historia de las alpargatas Guelé Poleng por proteger el caminar de nuestros clientes como en Bali protegen lo sagrado.
En la Manual Alpargatera entendemos el valor de esta tradición como algo nuestro y por eso decidimos hacer unas alpargatas dedicadas a todas aquellas personas mantienen viva esta maravilla patrimonio de la humanidad, como homenaje artesano a esta tradición.
La implicación con el mundo de la alpargata no es algo puntual sino que viene de muchos lados, pero en el caso de la Manual Alpargatera queda patente aquí.
Jordi Coll (Taradell, 1930-2009) Aprendió el oficio desde muy joven, pero una vez alcanzada la maestría, tuvo que ir a trabajar a una fábrica, aunque conservó su taller y sus herramientas. Cuando se jubiló, le animaron a reanudar la actividad artesanal, ya que el último artesano que quedaba había dejado el oficio y donado las herramientas a un museo.
Desde que nos planteamos renovar nuestra identidad de marca, hubo valores que tuvimos claro que eran inamovibles; aunque hiciéramos un repaso de todo para replantearnos nuestro futuro. Durante este proceso recordamos materiales, ideas, diseños, anhelos y vivencias que recuperar y compartir.
“Y de la sangre del dragón nació una rosa que el caballero Sant Jordi regaló a la princesa”. Así termina una de las leyendas más populares de Cataluña, Valencia, Baleares y Aragón.